El principio del sistema consiste en aumentar la presión del agua hasta 70 Bar. El agua previamente filtrada es canalizada por la red de tuberías y nebulizada a través de unos inyectores especiales que descomponen el agua en partículas de entre 5 y 10 micrones. Estas minúsculas partículas tienen la capacidad de atraer las partículas de polvo, aumentando su peso y haciéndolas precipitar. Cuanto más pequeña sea la gota fabricada, mayor será la capacidad de captación de las partículas de polvo. Un correcto diseño de la instalación garantizará un excelente resultado, mejorando tanto las condiciones de trabajo como el funcionamiento de la maquinaria.
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